Para darle una textura diferente, he cubierto la superficie con un crumble de almendras,para que la corteza quedase crujiente. Vamos con la receta:
INGREDIENTES
- 125 ml. de Leche con 1 c/p de zumo de limón
- 150 gr. de Azúcar blanco
- 125 ml. de aceite de girasol
- 3 Huevos
- 200 gr. de Harina de repostería
- 1 c/p de Levadura en polvo
- 2 Manzanas
- 1 c/s de Azúcar moreno
- 25-30 grs. de almendras laminadas
- 1/2 c/c de Canela en polvo
- 25 grs. de Mantequilla fría en daditos
c/s: Cucharadas soperas, c/c: cucharada de café
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180º C y cubrimos un molde alargado con papel de hornear.Añadimos el zumo de limón a la leche para que se corte y dejamos reposar 10 minutos.
En un bol, batimos los 3 huevos con el azúcar hasta que obtengamos una crema blanquecina, añadimos el aceite de girasol, y volvemos a mezclar. Añadimos la leche cortada con el zumo de limón , tamizamos la harina con la levadura y la incorporamos poco a poco a la mezcla anterior.
Vertemos la mezcla en el molde alargado, pelamos las manzanas, descorazonamos y cortamos en gajos. He puesto 2 manzanas, porque eran grandes y han cubierto todo el molde.
En otro cuenco, mezclamos las almendras laminadas con el azúcar moreno, la canela en polvo y la mantequilla fría cortada en daditos, para la corteza crujiente.
Colocamos los gajos de manzana encima de la masa, cubriendo toda la superficie del molde. Espolvoreamos con la mezcla de las almendras y horneamos a 180º C durante 40 minutos, hasta que laa almendras estén ligeramente doradas y el bizcocho esté listo.
La mezcla de texturas y sabores nos ha encantado, ya sabéis que la manzana y la canela son una combinación de sabores y aromas perfecta. Este bizcocho nos ha endulzado el desayuno, ahora que es todavía de noche cuando nos levantamos los días de semana, para empezar el día con ganas y energía.