Esta bica tiene una textura muy suave, su color blanco se lo debe a las claras y a la nata que lleva. Con las cantidades que os indico, sale muy bien en un molde 35 x 25 cm.
INGREDIENTES
- 6 Claras
- 250 gr. de Azúcar blanquilla
- 250 gr. de Harina de repostería
- 250 ml. de Nata líquida para montar
- Azúcar para espolvorear la superficie
Precalentamos el horno a 180º C y forramos un molde cuadrado con papel de hornear.
Batimos las claras con el azúcar añadido poco a poco, hasta que estén bien firmes. Agregamos la harina tamizada poco a poco y mezclando con una espátula y con movimientos envolventes, para evitar que las claras se bajen.
Por otro lado, en un bol, montamos la nata líquida con varillas o con la batidora para que quede montada, la agregamos con cuidado a la mezcla anterior, hasta que quede bien integrada.
Cuando obtengamos una masa uniforme, vertemos en el molde y espolvoreamos con 1 cucharada de azúcar. Horneamos a 170º-180º C durante 45-50 minutos, hasta que la corteza quede doradita y crujiente.
Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
En casa nos gusta mucho para desayunar o merendar. Y con un trocito de queso suave, está deliciosa como postre. La corteza queda crujiente, y el interior muy esponjoso,aunque no lleve levadura.