BIZCOCHO DE VAINILLA Y CHOCOLATE

Como en esta vida hay que ser honrados ante todo, he de confesaros que lo único que yo he hecho de este bizcocho ha sido hornearlo. El resto del trabajo lo ha hecho mi hijo pequeño, que como os he comentado en otras ocasiones es un cocinillas fantástico. Os dejo enlaces a otras de sus recetas, para que veáis que tengo un ayudante que es un artista: Recetas de Alex,
El bizcocho estaba buenísimo, con los 2 sabores bien diferenciados, tuvo tanto éxito que mis hijos y mis sobrinos se lo merendaron en una tarde, si nos descuidamos, los adultos casi no llegamos a probarlo. Vamos con los ingredientes:


INGREDIENTES

• 175 gr. de Azúcar
• 175 gr. de Margarina a Tª ambiente
• 1/2 cuch. esencia de vainilla
• 3 Huevos
• 225 gr. de Harina 
• 50 gr. de Chocolate negro
• 1/2 sobre levadura química
• Azúcar glass

ELABORACIÓN
Forrar un molde alargado (de cake) con papel de hornear y engrasar con mantequilla.
En un bol, batir la margarina ablandada con el azúcar, hasta obtener una textura cremosa y ligera.
Añadir la esencia de vainilla, e ir incorporando los huevos de 1 en 1, batiendo bien antes de añadir el siguiente.
Ir añadiendo la harina tamizada con la levadura poco apoco, mezclando con movimientos envolventes para que se mezcle bien.
Dividir la masa en 2 partes. Fundir el chocolate al baño Mª e incorporarlo a una de las mitades. Mezclar bien batiendo con unas varillas.
Poner la masa de vainilla en el fondo del molde y alisar la superficie con una lengua de goma. Cubrir con la masa de chocolate.
Introducir en el horno precalentado a 190º C y hornear 30 minutos hasta que al pincharlo con un palo de brocheta, éste salga seco.
Dejar enfriar en el molde antes de desmoldarlo. Espolvorear con azúcar glass, y ¡¡ Vaya merienda!!

venamicocina

venamicocina

No es pasión de madre, pero el bizcocho le salió buenísimo, y¡ si vieráis lo orgulloso que estaba cuando toda la familia le decía lo rico que estaba !
Espero que os guste y que pongáis en práctica la receta. Para cualquier duda, os presto un ratito al cocinero, que ya es todo un experto.